SÍNODO DIOCESANO
DIÓCESIS DE VALENCIA, 11 OCT. – La diócesis de Valencia iniciará el próximo 15 de octubre el Sínodo Diocesano convocado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, según se decidió en una primera reunión que presidió ayer, jueves, el Arzobispo, en la que aprobó el decreto de convocatoria del Sínodo Diocesano y constituyó la Comisión Central, encargada de coordinar los trabajos sinodales a través de siete comisiones técnicas.
El Sínodo Diocesano dará comienzo con una solemne eucaristía abierta a todos los valencianos, el 15 de octubre, a las 19 horas en la Catedral de Valencia, en la que se procederá a la lectura pública del decreto de convocatoria, y en la que se realizará “una solemne profesión de fe por parte de toda la asamblea”, según ha indicado el canciller secretario del Arzobispado de Valencia y portavoz de la Comisión Central, José Francisco Castelló.
El Sínodo Diocesano persigue “caminar juntos en la nueva evangelización a la que nos urge el Papa Francisco” mediante “soluciones concretas que marquen las líneas de actuación de la diócesis”. El objetivo final es “aunar esfuerzos para llevar el Evangelio a la mayor gente posible a través de nuevos métodos y formas”.
José Francisco Castelló ha señalado que “hay toda una generación de mucha gente que no vivió el último Sínodo”, convocado en 1987 por el entonces Arzobispo de Valencia, monseñor Miguel Roca, y que también “es necesario actualizar en la diócesis todo el magisterio de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco”; así como “hacer frente a los nuevos retos que plantea nuestra sociedad, como los cambios culturales, o el mundo digital y las redes sociales”.
Comisión Central y siete comisiones técnicas
La Comisión Central, presidida por el Arzobispo, reunida ayer en este primer encuentro, está compuesta por los tres obispos auxiliares, monseñores Esteban Escudero, Javier Salinas y Arturo Ros; así como por Vicente Fontestad, vicario general de la diócesis; José Francisco Castelló, canciller secretario; Jesús Corbí, vicario episcopal; Francisco Revert, vicario episcopal; Martín Gelabert, vicario episcopal para la vida consagrada; Amparo Estellés, delegada episcopal de apostolado seglar; Fernando Ramón Casas, rector del Seminario Mayor; José Luis Doménech, rector del Seminario Menor; Vicente Botella, decano de la Facultad de Teología; Gil Herrero, miembro de la comisión permanente del Consejo Presbiteral; Rodrigo Ferre, diácono permanente; Luis Albors, presidente de Juniors Movimiento Diocesano y Mª Ángeles Vilar, religiosa de Madres Desamparados de san José de la Montaña.
El Sínodo Diocesano abordará como aspectos centrales la nueva evangelización, la iniciación cristiana y la catequesis, la parroquia y el laicado, la eucaristía y la adoración eucarística, los jóvenes, la familia, la escuela, la universidad y la pastoral educativa; los pobres, la cultura, los sacerdotes, y la vida consagrada.
A tal fin se han constituido siete comisiones técnicas: Nueva evangelización e iniciación cristiana, presidida por Javier Salinas; Familia y juventud, a cargo de Arturo Ros; Parroquia evangelizadora, presidida por Vicente Fontestad; Laicado y mujer, presidida por Javier Salinas y Arturo Ros; Sacerdotes y vida consagrada, presidida por el Arzobispo, un vicario episcopal y el vicario episcopal de vida consagrada; Evangelizar la cultura: pastoral educativa y escolar, Universidad e instituciones culturales, UCV y UCH-CEU, presidida por Esteban Escudero, José Luis Sánchez y Rafael Cerdá; y Vida y testimonio de caridad y nuevas pobrezas, presidida por Arturo Ros y José María Taberner.
Sínodo Diocesano
El pasado 13 de junio de 2019, festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, anunció la convocatoria de un Sínodo Diocesano. El último Sínodo Diocesano tuvo lugar entre 1986 y 1987, convocado por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Miguel Roca.
En el anuncio de la convocatoria, el Cardenal expresó que el Sínodo servirá “para impulsar entre nosotros el amplio y esperanzador programa de evangelización y pastoral que nos traza el papa Francisco en continuidad con las enseñanzas de los Papas que le han precedido, aplicando el Concilio Vaticano II”.
Se trata de una iniciativa “para renovar y fortalecer nuestra Iglesia diocesana con una nueva santificación y evangelización, para llevarla a cabo decididamente y sin miedos, sin inercias ni indiferencias que nos impiden renovarnos de verdad”. Con el Sínodo “esperamos revitalizar nuestra Iglesia diocesana y potenciar una renovada conciencia y adhesión cordial a ella y en todos sus miembros”, subrayó.
El Sínodo diocesano es una asamblea de sacerdotes y de otros fieles escogidos de la Iglesia particular que prestan su ayuda al Obispo de la diócesis para bien de toda la comunidad diocesana, según el Código de Derecho Canónico.
Se convoca cuando lo aconsejen las circunstancias, a juicio del Obispo de la diócesis, después de oír al Consejo Presbiteral.
Al Sínodo diocesano han de ser convocados como miembros sinodales, y tienen el deber de participar en él, el Obispo; los Obispos auxiliares; los Vicarios generales y los Vicarios episcopales así como también el Vicario judicial; los canónigos de la Iglesia Catedral; los miembros del consejo presbiteral; fieles laicos; también los que son miembros de institutos de vida consagrada, a elección del consejo pastoral, en la forma y número que determine el Obispo diocesano; el rector del Seminario Mayor diocesano; los arciprestes; al menos un presbítero de cada arciprestazgo, elegido por todos los párrocos; algunos Superiores de institutos religiosos y de sociedades de vida apostólica que tengan casa en la diócesis, que se elegirán en el número y de la manera que determine el Obispo diocesano.
Además, el Obispo diocesano también puede convocar como miembros del Sínodo a otras personas, tanto clérigos, como miembros de institutos de vida consagrada, como fieles laicos.